A morir a la orilla.

sabia que no debía mojarme la ropa, los moquitos harían de mi lo que los perros hacen con la basura. hoy no quiero oler a basura. ni tampoco puedo ser un perro. yo siempre quise ser una serpiente. moverme como una serpiente. y morir así, atropellado, en medio de la carretera nueva. esta noche tengo que cruzar a Assis sin que mamá me vea. y es que mamá trabaja en el puesto vecinal 5. justo antes de dejar Iñapari atrás y cruzar a Brasil, apenas acabando el puente. no le gusta que pase la frontera de noche. menos a otro país. es por eso que tengo que moverme como una serpiente y sin que mamá me vea. dice que ahí las cosas con la oscuridad se ponen negras, pero negras son las uñas de mis dedos y yo no le tengo miedo. Wanda me esta esperando cerca a los columpios, son unas piedras grises e inmensas a la orilla del rio x. los jóvenes nos escondemos ahí en la noche para hacer fuego y fumar marihuana en la praia. no todos cruzarían dos praias por ti Wanda. no todos conocen el camino ni menos el cuerpo que llevas bajo el uniforme. miel de arena en mi boca.

bajo el puente se levanta un campo de grillos. en medio de la oscuridad, hundo mis pies en el agua y eso me despierta. avanzo más rápido, ahora el universo es solo un techo de concreto. aquí, hace un mes, encontraron un cuerpo muerto y Cardozo fue el primero en descubrirlo. corrió al colegio a contar el hallazgo. y es que aquí nunca pasa nada. - hay que ir a chirar foto -, silbaba como un pardillo. y cuando caia la tarde ya todos en el pueblo lo sabian, menos la policia.

al llegar a la plaza, las banderas parecían querer derrumbarse. dos borrachos que estuvieron tomando cachaza desde la tarde, los vi a la salida del colegio, dormian abrazados frente a la jugueria de doña Achira. paso cerca a ellos sin despertarlos. a uno se le desprende una baba blanca que llega a tocar la mano del otro. no es necesario tragarme la risa porque pasa una camioneta blanca a toda velocidad que dobla la plaza haciendo sonar las llantas. los conozco y se a donde van. es doblando a la derecha, sube que te acercamos, yo voy para la praia, te sale a cuenta muchacho, sigues de frente hasta terminar la calle, al costado de pizzería Xavier: hotel paraíso.

entonces, estoy en la camioneta, porque nunca me había subido a una. es igual cuando paseo por el pueblo a mediodia, entro al mercado y todo se vuelve delicioso, las frutas y carnes, plasticos y sus coleres atractivos. y las voces me animan y yo que saco dos reales por comprar un muñeco pokemon que me dejara sin almuerzo y seguramente, sin torito de regreso.

los cuerpos se mueven como las ondas del rio y golpean, ahora todo es luz verde. un hombre flaco en la esquina resguarda un cajon de cerveza cristal de cuarentayocho botellas. sobre el baila una mujer de vestido rojo, puedo ver sus pezones y parecen caramelos. uno de los que iban en la camioneta blanca, se baja del carro y dispara ocho veces al cielo, al primer disparo todos ya nos habiamos quedado en silencio. creo que es dios y tengo que presentarme, yo soy Lucas, un animal salvaje.